Ella

Ella es así. Por eso me puede. Por mucho que lo intente, siempre acabo faltando al juramento aquel que pronuncio al marcharme de su lado. Porque ella es así, intensa y penetrante, relajante y cicatrizante, excitante y exultante, comprensiva y reflexiva, piadosa y bondadosa. Te cobija y te descubre. Te tapa y te destapa. Te arrulla y te despierta. Te suma y te resta. Te impresiona y te decepciona. Te emociona y te serena. Te agita y te narcotiza… Te hipnotiza. Pero si no tienes cuidado te hunde y te intoxica.

Ella es así. Y siempre esta ahí, insomne, esperando que vuelvas. Porque cuando los árboles se pongan elegantes, las noches sean fugaces y el calor oprima, te acordarás de ella. Porque lo sabe. Porque enciendes la televisión y esta allí. Abres una revista y esta allí. Escuchas, con el dibujo de media sonrisa en tu boca, los relatos de su ultima victima, de cómo se ha bebido su alma y te recuerdas a ti. Porque ella se alimenta de tu alma. La primera vez que se cebó con la mía, me inyectó un hechizo que aun fluye por mis venas y del cual aun no me he podido liberar. Porque siempre acabo volviendo a sus brazos. Pueden pasar tres, cuatro o cinco años pero siempre acabo volviendo. Soy un hechizado despierto, aunque sea contradictorio.

Pero cada vez es diferente. En esta ocasión, me ha recibido cansada, con una languidez incipiente, pero con el mismo encanto de siempre. No me extraña, tal como la exprimen, pensé. Allí estaba, con los brazos abiertos, tan alegre como siempre, pero con mas cicatrices, con unos surcos inmensos e innecesarios surcando su vientre. Espero que no muera por su propia virtud. Aunque creo que nunca morirá porque nunca caducara en mi recuerdo, pues ese torbellino de emociones y sensaciones que siempre ha sido ella, no lo voy a poder olvidar. Porque ella es así… Ibiza siempre será así…