Mal dia...

Hoy me he mirado al espejo y no me he reconocido. Mis ojos estaban empequeñecidos por la presión de un entrecejo que se empeñaba en deformar mi frente y mi boca se contorsionaba hacia el suelo, moldeando una mascara grotesca que disfrazaba mi rostro.

Hoy es uno de esos días en los que todos mis miedos y frustraciones se han puesto de acuerdo y han venido de la mano todos juntitos a hacerme una visita. La sala de reuniones de mi optimismo da para recibir visitas de una en una y semejante congreso ha provocado que colgara el cartel de completo y los he tenido que alojar en la sala contigua, la del pesimismo, en la que siempre cabe todo.

Hoy es un día en el que la botella medio llena es una leyenda o un cuento de hadas, en el que decir ‘buen día’ conllevaría juzgarme por desacato a la autoridad de mi honestidad, en el que mi sentido del humor esta barriendo el suelo de su escenario y en el que mi mirada fulminaría cualquier desagravio, en el que los proyectos son fantasías, lo probable es una quimera y la felicidad es un espejismo...

Hoy tengo un mal día... Que le vamos a hacer...