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27 diciembre 2006

Envidia

Envidiamos lo que no tenemos. Envidiamos la mujer del vecino, el coche de tu primo, el pelo de fulano, el cuerpo de mengano, la sonrisa del artista o el dinero del empresario… Y entonces llega el amor y amas y te sientes amado y descubres que la mujer del vecino no vale tanto la pena, que tu coche tiene la misma utilidad que cualquier otro, que estas muy bien con tu peinado, que el cuerpo mientras se insufle de vida siempre mejorará tu sonrisa y que el dinero, al fin y al cabo, cuanto menos tienes, menos necesitas... Y entonces te preguntas… ¿Deberíamos aprender a vivir sin amor o aprender querernos mas?

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26 diciembre 2006

Dicen

No puedo más. Quizá el culpable soy yo por no haber aprendido aún a ignorar al que no entiende que se puede ser feliz y a la vez independiente, que no necesito vivir la vida de otros, que bastante tengo con vivir la mía y con sobrevivir en un mundo de pillos y especuladores, de patanes con galones y de ignorantes con bastón de mando… He recuperado del baúl de mi memoria esta canción de Jarabe de Palo. Ella acabará de expresar lo que me pasa por la cabeza después de estas señaladas fechas.

Dicen que venimos al mundo a sufrir
que la vida es un engaño
que si juegas tienes que jugar a ganar
que eres lo que tienes
y tienes lo que mereces
vives, ganas, pierdes
dicen que es así.

Dicen que no queda nada por descubrir
que ya está todo inventado
que solo hay un camino que hay que seguir
que aquí estamos de paso
y mejor no tentar a la suerte
suerte, vida, muerte
dicen que es así.

Y a veces dicen, dicen, dicen
y no saben lo que dicen.

Yo he venido a este mundo a vivir
la vida es un regalo
y si juego es porque me gusta jugar
no soy ni más ni menos
ni sé qué es lo que me merezco
siento, vivo, pienso
que más puedo pedir.

Y a veces dicen, dicen, dicen
y no saben lo que dicen.

Dicen que venimos al mundo a sufrir
que la vida es un engaño.
Dicen que si juegas juega para ganar
que vivir es un pecado.
Dicen que no queda nada por descubrir
que ya está todo inventado.
Dicen que solo hay un camino a seguir
que aquí estamos de paso.

Y a veces dicen, dicen, dicen
y no saben lo que dicen...

Imagen: Abdul Kadir Audah

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24 diciembre 2006

Profundo Siete

El que vive de ilusiones, muere despertando.


Imagen: Doug Lauber

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23 diciembre 2006

Cuadro en blanco

Allí estaba, esperando en el lugar de siempre, nervioso y muerto de miedo. La última semana había sido dura. Desde la última despedida no habían vuelto a hablar. Quizá siete días no es mucho tiempo pero cuando estás tan unido a alguien, la carencia de contacto distorsiona el sentido del tiempo. Las horas parecen días y cualquier acción se eterniza. El último adiós se cerró con la condición de no verse más. Pasaron los días sin saber el uno del otro, sin ponerse en contacto, renunciando a lo natural, a ese contacto cotidiano que se iniciaba ante cualquier excusa, con cualquier pretexto, porque saber el uno del otro es lo único que importa.

Tuvo la tentación de finiquitar antes la situación pero era consciente de que debía de mantenerse firme y recapacitar el porqué de haber llegado a este punto. Pero es complicado pensar cuando decides extirpar algo que sientes que es parte de ti. Un vacío crece y crece en tu interior y todo intento de razonamiento es engullido por él, como un agujero negro que también de paso absorbe tu alegría. Tras muchas horas de reflexión llegó a la conclusión de que lo mejor era mantener las distancias, crear un espacio entre los dos, porque su amistad estaba llegando a la frontera.

Con la ayuda de dos breves mensajes, decidieron verse. Y Allí estaba, esperando en el lugar de siempre, nervioso y muerto de miedo, porque las personas de carácter son inestables en situaciones límite y las reacciones suelen ser imprevisibles y en esta ocasión dos de ellas compartirían mesa.

Ella llegó y con sólo
cruzar su mirada, descubrió el tamaño del vacío que había provocado su ausencia, cuanto la había echado de menos. Su primera intención fue acercarse a ella, para abrazarla, para robarle su calor y sentir de nuevo su olor penetrando por todos los poros de su piel. Porque unos días de forzada condena lo único que habían conseguido era reforzar la sensación de que su vida no sería igual sin su compañía, sin tenerla a su lado, sin saber de ella. Pero necesitaba mantener la distancia, debía ser fuerte, tenían que hablar.

La conversación tuvo un inicio un tanto titubeante. Él expuso sus motivos, sus razones y sus porqués. Intentó relatar el pequeño infierno que había vivido esos días encerrado en sí mismo, reflexionando, nadando contra corriente, peleando razón con corazón. Ella asentía y comprendía, replicando con su versión, que no era más que el reflejo del mismo relato pero contado desde la otra cara del espejo. Sostuvieron un instante la mirada y empezaron a reír. Ni quince minutos pudieron estar frente a frente sin volver a ese estado natural en el que su complicidad ahoga cualquier tormento porque inunda el ambiente de una felicidad infinita. Se quieren. Se necesitan. Se tienen el uno al otro… ¿Que más pueden pedir?

Porque su relación es una unión de dos almas. Una relación en la que tan solo una mirada es suficiente para comprender, para entender, para perdonar, que provoca que el tiempo se acelere o se encoja según se encuentren o se separen, que estimula la necesidad de contarse mil cosas, para luego encontrarse y olvidarlo todo en un instante. Uno lo llama amistad, el otro, amor. ¿Qué importa como lo quieran llamar? Es el mismo sentimiento, le pongan la etiqueta que le pongan.

Tiempo atrás había tomado la decisión de pintar su vida con los colores más intensos que pudiera encontrar y en ella había encontrado muchos de los tonos y matices que había soñado. Así que decidió seguir a su lado, pintando el lienzo del presente con los pigmentos que nacen cuando están juntos... Porque sin ella, su vida sería un cuadro en blanco…

Imagen: Ksenija Spanec

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22 diciembre 2006

Entrega


Tome una sonrisa y désela a quien jamás la tuvo...

Tome un rayo de sol y le hará volar allí donde reina la noche...

Tome una lágrima y póngala en el rostro de quien jamás lloró...

Tome coraje y póngalo en el ánimo de quien no sabe luchar...

Descubra la vida y descríbala a quien no sabe entenderla...

Tome la esperanza y viva en su luz...

Tome la bondad y désela a quien no sabe darla...

Descubra el amor y delo a conocer al mundo...

Mahatma Gandhi

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17 diciembre 2006

Piensa

Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los árboles, recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular la savia. Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas: sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo así al llegar la estación apropiada podrás cubrirte de flores y de frutos.

Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad que respiraste el día que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aun. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.

Susanna Tamaro

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16 diciembre 2006

La verdad de las cosas

¿Puede alguien recordar el amor? Es como querer conjurar el aroma de las rosas en un sótano. Podrías ver la rosa, pero el perfume, jamás. Y esa es la verdad de las cosas, su perfume.

Arthur Millar

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