b ::..Sol Profundo: septiembre 2006::..

30 septiembre 2006

Generación

No he podido resistir la tentación de reproducir el texto de la viñeta semanal de Jordi Labanda en el Magazine de la vanguardia del 1 de octubre del 2006.

Somos la generación de los micropisos, de los microcontratos, de los microsueldos.
¿Será por haber crecido comiendo comida de microondas?

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27 septiembre 2006

Pintando destinos

Siempre he pensado que el destino de una persona no está escrito sino que es redactado día a día por decisiones cotidianas, pero aun así a veces me sorprende el poder que puede llegar a tener sobre la vida cualquiera de estas resoluciones. Girar a derecha o izquierda en una intersección puede cambiar el sentido a todo.

Tengo la poco ecológica costumbre de pasear en coche, sobre todo después haber pasado tiempo enclaustrado en casa intentando cambiar el mundo con el sofá como aliado y armado con el mando a distancia. Me relaja. Con la radio como compañera me desplazo surcando callejuelas, sin sentido alguno ni rumbo determinado, pensando en mis cosas, visitando pasados. Pero esta vez el destino decidió mostrarme una de sus cartas.

Encontré en mi camino una intersección cotidiana y en vez de continuar por la ruta acostumbrada, hice un giro a la izquierda por una calle que en el pasado paseaba junto a una antigua novia, atardecer tras atardecer. Y al final de la calle estaba él.

Hacía tiempo que no lo veía. Pertenece a ese grupo de amistades que años atrás parecian que llenaban el mundo pero que a pesar de la ausencia y el tiempo transcurrido continúan habitando en tu corazón. A mi amigo le pusieron de pequeño uno de esos apodos que describen a la inversa. Por “Chiquitín” respondía. Todo el espacio vital que ocupaba siempre ha ido relleno de una bondad sin igual. Nunca le oí levantar la voz ni negar ayuda a quién lo necesitara.

Toda su inmensa persona se hallaba charlando junto a una gente que no llegué a reconocer y para no romper la armonía, tomé la decisión de hacerle un saludo mientras pasaba de largo. Pero algo en su actitud me hizo ver que quería que parara. Me detuve y deslicé el cristal del acompañante hasta que la puerta lo acabo por devorar. Y por ahí asomó mi amigo la cabeza, porque el espacio que deja el cristal no daba para más.

Con el primer examen que le hice a su cara supe que pasaba algo. No habíamos digerido aun los saludos cuando comenzó a confesar por su boca lo que sus ojos ya me habían comenzado a contar. Pueden engañar nuestras palabras, puede mentir nuestra sonrisa, pero nunca nuestros ojos. Los ojos no conocen el engaño.

Se despedía. Partía al día siguiente hacía Sevilla con su mujer y su hijo recién nacido. Aquí el trabajo esta muy mal, todo esto es muy caro y me voy para allí pues mi mujer tiene familia, me dijo. Sin dejarme hablar, me puntualizó que ya no nos volveríamos a ver. No puede ser. Seguro que nos volveremos a ver, pude por fin decir. Me muero... No me queda mucho tiempo de vida, me confesó. Las venas que aprovisionan su corazón están obturadas y su médico no se aventura a predecir su caducidad, pero será más pronto que tarde. Que ironía. Aquello que te hace grande a veces también te hunde.

Nunca me he considerado una persona locuaz, pero siempre tengo respuestas para todo. Pero esta vez no. Mi cerebro lanzaba palabras hacía una boca que se hallaba sellada y se acumulaban en mi estómago. La única respuesta que obtuvo mi amigo por mi parte fue una cara de circunstancias y un apretón de manos. Lo siento amigo mío. Ni tan siquiera recordé preguntarte si el número de teléfono que obraba en mi poder era operativo. Y no lo es. Ahora lo único que puedo hacer es escribirte estas líneas, sin señas ni camino, como despedida.

Hasta siempre amigo mío. Espero que vivas lo suficiente para disfrutar de ese hijo que tanto tardó en llegar. Siempre te recordaré. Cuando acabé de pintar mi destino, nos volveremos a ver.

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21 septiembre 2006

Profundo Tres


La amistad es para la vida lo que el barril es para el vino:
Lo acoge, lo cobija, lo protege y con el tiempo, lo convierte en algo mejor.








Imagen: Cepolina photo

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15 septiembre 2006

Namasté

Namasté es una palabra en sanscrito que significa: Mi alma se regocija al encontrarse con la tuya deseándote la mayor de las felicidades. También se podría definir literalmente como "me inclino ante ti".

He utilizado esta palabra como titulo e inspiración de las siguientes líneas, escritas para una persona muy especial...


A usted que me alecciona con su risa
y me enseña a vivir,
que me despierta cada día
y me acompaña al dormir.

A usted que me escucha con todo
y me señala la salida,
que en mi confía
como si lleváramos juntos una vida.

A usted que ahoga mis lamentos
con la caricia de sus manos
y que cura mis penas
con besos y abrazos.

A usted amiga mía
tan solo le quería escribir
cuanto me hace sentir.

Imagen: (c) Rafael

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14 septiembre 2006

Profundo Dos


Busca el amor perfecto
y encontraras
una perfecta decepción.

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10 septiembre 2006

Tengo


Tengo una tristeza oculta
que me encuentra siempre desnudo,
con las defensas dormidas
sin posibilidad de evitar el asalto.

Tengo una tristeza oculta
que renace siempre que te dejo;
Tristeza agridulce cabe decir
pero tristeza al fin y al cabo

Es tristeza agria porque me alejo
porque no hay posibilidad
porque no será
porque pasó y se acabó

Es agria por no ser valiente
por no intentarlo
por abdicar sin intentar ganar el trono
por miedo a perderte del todo...

Pero es tristeza dulce
porque te siento cerca,
porque te veo, te escucho, me escuchas
porque siempre estás ahí.

Dulce porque somos cómplices
porque no recordamos pasados
y compartimos futuros
porque saboreamos este presente

Tengo una tristeza oculta
tristeza agria
tristeza dulce
porque no la puedo compartir contigo.

Imagen: (c) Juan Riera

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06 septiembre 2006

Memoria de un reflejo


Hoy es un día de aquellos en los que nada más levantarte, reflexionas sobre tu vida. Miras hacia el espejo y la memoria del reflejo, te observa. Piensas si esos ojos que te contemplan, se habían planteado verse así a estas alturas. Percibes en ellos el rastro de un reproche por no haberlo hecho mejor. Que tontería. Lo he hecho lo mejor que he podido, replicas… A quién quiero engañar… Se que es verdad. Podría haberlo hecho mejor.

He intentado vivir mi vida lo mejor que he podido. Tomé como bandera el estandarte de la amistad y en ocasiones fue duro llevarlo en alto, porque a veces pesa de responsabilidad. He navegado mis años de puntillas, sin tomar riesgos, intentando hacer el menor daño posible. He querido a aquellos que están a mi lado lo mejor que he podido. A mi manera. Todo aquel que me conoce sabe lo que me ha costado demostrar sinceramente mis sentimientos, lo atascado que he estado, como maldecía al mundo, como desataba mi furia ante cualquier reproche, como me he consumido en soledad y como me he refugiado en infinidad de brazos buscando el amor, con suerte dispar, para así aprender que esa palabra de cuatro letras es el trazo que subraya el camino que debo seguir.

Pero no me reprocho nada. También he tenido momentos felices. Muchos. Pero es curioso como gestiona los recuerdos nuestro cerebro. Las aflicciones quedan grabadas a fuego pero la felicidad es efímera. Cuando encuentras la formula, la descubres en arena escrita, para que el viento del olvido la borre poco a poco.

Una buena amiga me dijo que igual que en la naturaleza la vida renace cada mañana, yo podía hacer lo mismo cada vez que me mirara en el espejo. Lo voy a intentar. Antes de que acabe mi tiempo, aprenderé a renacer cada mañana y hacerlo cada día mejor.

Hoy es un día de aquellos en los que reflexionas sobre tu vida. Hoy cumplo años y he leído la memoria de mi reflejo.

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04 septiembre 2006

El dilema



Conocí a un ángel
y me enredé en su pelo,
ahora me encuentro atrapado
y no veo más allá de ese velo
en lo que se ha convertido el cariño
hacia ese ser que se hizo mi dueño
y se transformó en mi refugio,
en mi consuelo,
en mi recreo,
en todo lo que creo
y que pensé que no volvería a creer.

Hoy me encuentro con el dilema
de ser sincero,
de confesar que la venero,
tentando a la suerte
de verme herido de muerte
una vez más

o simplemente ser clandestino
bajo un disfraz muy fino
y vivir mi condena junto la almohada
desafiando al destino,
armado de paciencia y valor,
de tolerancia y resignación
esperando que mi ángel decida
compartir su camino conmigo

O no…

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01 septiembre 2006

Entre líneas

No esperes que lo entienda
No esperes que lo comprenda

Tal vez necesite tiempo
Tal vez necesite espacio entre tú y yo

Para poder confesarte mis miedos
Para no llevarte tan adentro

Quizá evito despertar de mi sueño
Quizá prefiera seguir amándote en silencio

Porque no lo entiendo
Porque no lo comprendo

Puede ser que liberas lo mejor de mí
Puede ser que me alivias sin saber que lo necesito

Posiblemente el problema reside en mí
Posiblemente sea eso


Arte: Madonna de MUNCH

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